Al poner en marcha su empresa, la financiación es el rayo de sol que hace germinar las semillas de sus ideas empresariales. La financiación es el café de la mañana que da energía a su negocio en sus inicios. De cualquier forma que se mire, se necesita algo de efectivo si desea que su negocio se expanda y prospere más allá de su etapa inicial.
Una reserva de efectivo es fundamental y, en la mayoría de los casos, indispensable para que su pequeña empresa pase de ser inexistente a rentable. Por lo general, no obtendrá más ingresos de los que gasta al principio, por lo que debe buscar fuentes de financiación antes de abrir sus puertas.
Para muchas pequeñas empresas, un préstamo inicial puede ser este motor para impulsar su negocio a medida que avanza. Algunos propietarios de pequeñas empresas optan por usar el dinero de sus ahorros personales, pero esto puede hacer que usted y sus ganancias futuras sean responsables si algo catastrófico le sucede a su empresa. Otra opción pueden ser los inversores ángeles o el capital de riesgo, pero estas fuentes suelen ser extremadamente selectivas y la competencia es feroz.
A grandes rasgos, los préstamos iniciales suelen funcionar como préstamos a plazo para pequeñas empresas de fuentes de préstamos tradicionales como los bancos. Los plazos son largos, hasta 25 años en algunos casos. Busque términos que sean lo suficientemente largos como para que los montos de reembolso no sean una carga inmensa para su joven empresa.
El rango de estos montos de préstamos es enorme, desde $ 500 hasta $ 750,000, según las necesidades de su negocio. Las tasas de interés pueden oscilar entre 0% y 17%, así que asegúrese de verificar los términos específicos de su préstamo.